La historia de la Megacaravana de Liga de Quito, surgió de la manera más impensada

La Megacaravana de Liga Deportiva Universitaria (LDU) es mucho más que una simple caravana de autos. Es una expresión de pasión, un ritual que se ha arraigado en el corazón de la hinchada alba y que se ha convertido en una tradición que trasciende generaciones. Cada rugido de motor, cada bandera al viento, cada cántico al unísono es un testimonio del amor incondicional que los aficionados sienten por su equipo.

Los Orígenes de una Tradición

La historia de la Megacaravana se remonta a la década de 1990, cuando un grupo de hinchas de Liga de Quito, inspirados por las caravanas que se realizaban en otros países, decidieron organizar una marcha motorizada para apoyar al equipo en los partidos importantes. La idea era crear una fiesta en las calles, mostrar el orgullo de ser albo y contagiar a la ciudad con la pasión por Liga.

La primera Megacaravana se realizó en un partido crucial contra El Nacional en el Estadio Olímpico Atahualpa. La respuesta de la hinchada fue masiva e impresionante. Cientos de autos, motos y camionetas se congregaron en diferentes puntos de la ciudad y avanzaron juntos, haciendo sonar sus bocinas y agitando banderas, hasta llegar al estadio.

Un Rugido Blanco que se Extiende por la Ciudad

Desde sus inicios, la Megacaravana se ha caracterizado por su poder de convocatoria y su capacidad para movilizar a miles de hinchas. Con el tiempo, la caravana creció en tamaño y se extendió por diferentes puntos de la ciudad. Los lugares de encuentro se multiplicaron y la Megacaravana se convirtió en una verdadera fiesta blanca que recorre las principales avenidas de Quito.

El rugido de los motores, el flamear de las banderas, los cánticos y el ambiente festivo que se respira en la Megacaravana son elementos distintivos de esta tradición. Es una experiencia única que permite a los hinchas expresar su pasión por Liga de una manera diferente, compartiendo un momento especial con amigos, familiares y otros aficionados.